El código genético: las órdenes de la herencia
En el corazón de los cromosomas Cada una de las dos cadenas o vástagos de la doble hélice está formada por una sucesión de componentes elementales, los nucleótidos, que se distinguen los unos de los otros por su base nitrogenada. Existen cuatro tipos muy distintos de bases: la adenina (A), la timina (T), la citosina (C) y la guanina (G). La base A se une con la base T, y solamente con ella, mientras que la base C no puede aparearse más que con la base G, y recíprocamente. Por ello, las dos cadenas de la doble hélice se corresponden de manera estricta, siendo cada cadena una copia invertida de la otra. De ello resulta que, cuando se separan las dos cadenas, se puede reconstituir en frente de cada una de ellas la cadena que falta, con lo cual se obtienen dos nuevas hélices idénticas a la primera. Mediante tal procedimiento, denominado replicación, y con la participación de una enzima llamada ADN polimerasa, las moléculas de ADN se dividen en las células. Esta propiedad explica los fenómenos de la herencia, es decir, de la transmisión de genes (o, lo que es lo mismo, de fragmentos de ADN) idénticos, al hilo de las generaciones.
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