El fin de la indiferencia
Para que el macho y la hembra se puedan reconocer y unir entran en juego numerosos mecanismos. El más diferenciado es el canto, a menudo privilegiado, del macho. Los saltamontes emiten un «canto de rivalidad» entre machos y un «canto de amor» específico, que atrae a la hembra y la guía. El «canto de amor» de los pájaros es especialmente intenso. La hembra responde a veces al «canto de corral». En muchos animales, el olor permite el acercamiento de la pareja. Las esfinges, mariposas nocturnas, atraen a los machos por la secreción de una glándula odorífera: este olor es lo único que interesa al macho, ya que en el laboratorio se ha observado que trataba de acoplarse con la glándula aislada. Entre los mamíferos también son importantes los olores: la perra emite olores, que olfatea el macho y son decisivos para el acercamiento de un posible compañero. Muchos animales exhiben sus caracteres sexuales secundarios en el momento de la unión. En muchos peces, la piel cambia...
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