III. El niño y el caballero (1532-1534)
A partir de 1532 el papel femenino en el aprendizaje del joven Felipe se fue diluyendo en favor de otros criados masculinos. El porte, la manera de hablar, de vestir o de andar podían ser aprendidos de su madre o de su aya, pero no así otras habilidades sociales como la esgrima, la equitación, la justa o la caza, actividades cuya instrucción y práctica estaban en manos de hombres. Por esta razón, el regreso a España de Carlos V en mayo de 1533 marcó un claro cambio en la formación de su hijo, aunque todavía siguiera en manos de mujeres. En varias ocasiones se ha afirmado que Felipe II fue criado y educado con el inconveniente de la constante ausencia de su padre. Esto es cierto sólo en parte, pues durante sus primeros dieciocho años de vida compartió cerca de diez con él, y cartas, como las antes extractadas de Leonor de Castro o Pedro González de Mendoza, constituyen testimonios fehacientes del amor filial del soberano hacia su hijo. Si bien, resulta obvio que las...
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