Ana Karenina VII: Capítulo XXIV

10/02/2011 2.581 Palabras

Ana KareninaSéptima parte: Capítulo XXIV de León Tolstoi –¿Qué, te has divertido? –preguntó Ana, con expresión tímida y dócil, saliendo al encuentro de Vronsky. –Como siempre –repuso él. Por el tono y la actitud de Ana comprendió Vronsky inmediatamente que se hallaba en uno de sus mejores momentos y, aunque ya estaba acostumbrado a los cambios en el carácter de su amada, se alegró, porque también él se sentía particularmente contento y de excelente humor. –¿Qué veo? –comentó con voz y ademanes alegres, señalando con satisfacción los baúles, que estaban preparados, Eso sí que está bien. –Sí, tenemos que marcharnos de aquí –explicó Ana–. He salido a dar un paseo y he gozado tanto, que he sentido deseos de volver al campo. ¿No tienes tú aquí nada que te retenga? –Sólo deseo eso, irnos al pueblo. Vengo en seguida y hablaremos. Ahora voy a cambiarme de ropa. Ordena que me sirvan el té. Y Vronsky pasó a su gabinete. Al quedarse...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info