La función del orgasmo «Hasta 1923 […] la sexología y el psicoanálisis sólo conocían la potencia de eyaculación y la de erección […], pero tanto la una como la otra no son sino las condiciones preliminares indispensables para la potencia orgástica, que consiste en la capacidad de abandonarse al flujo de la energía biológica sin ninguna inhibición.» Para Reich, como claramente se deduce de este párrafo, el factor clave de la normalidad psíquica (y también de la física) no es la relación sexual considerada en términos generales, sino exclusivamente su conclusión natural: el orgasmo o «convulsión simultánea e involuntaria de todo el organismo que se produce en la fase culminante del coito». Este reflejo, a causa de su carácter involuntario y de la angustia psíquica, se encuentra atrofiado en la mayor parte de los seres humanos nacidos en el ámbito de las colectividades que reprimen la sexualidad de los niños y los adolescentes.