Introducción Cruzadas a Oriente. Expediciones militares emprendidas por la cristiandad occidental, bajo la dirección del papado, a fin de expulsar de los Santos Lugares a los musulmanes. Desde el año 1000, aproximadamente, eran muchos los cristianos que acudían en peregrinación a Tierra Santa. Los árabes, tolerantes, apenas ponían trabas a los viajeros. Pero la conquista de Asia Menor, Siria y Palestina por los turcos seljúcidas, a partir de 1060, provocó un cambio profundo en las peregrinaciones. Con el fin de defenderse de la ya proverbial belicosidad turca, los cristianos, en lugar de realizar el largo viaje individualmente o en pequeños grupos, se organizaron en potentes agrupaciones armadas. Las peregrinaciones a los Santos Lugares se convirtieron pronto en auténticas expediciones guerreras. Por otra parte, de regreso a su patria, los peregrinos difundían la idea de que era posible la conquista de aquellas tierras, al tiempo que ponderaban sus riquezas. Y así, cuando a finales del s. XI los seljúcidas amenazaron la existencia misma de Bizancio, fachada oriental de la cristiandad, millares de caballeros franceses, flamencos, alemanes, normandos, provenzales, etc., respondieron afirmativamente al llamamiento del papa Urbano II instándoles a empuñar las armas en defensa de la fe cristiana.