David Copperfield - Tercera Parte - Capítulo XII

22/12/2010 10.595 Palabras

David Copperfield Tercera Parte: Capítulo XII de Charles Dickens Cuando llegó la víspera del día para el cual míster Micawber nos había dado una cita tan misteriosa, consultamos mi tía y yo la manera de proceder, pues mi tía no tenía ganas de separarse de Dora. ¡Oh con qué facilidad transportaba ya a Dora en mis brazos de un lado a otro! A pesar del deseo expresado por míster Micawber, estábamos decididos a que mi tía se quedara en casa y que le representara míster Dick. En una palabra, lo teníamos ya decidido así, cuando Dora nos lo trastornó de nuevo, declarando que nunca se perdonaría a sí misma ni a la mala persona de su marido, si mi tía, bajo cualquier pretexto, se quedaba allí. -No le dirigiré la palabra -dijo Dora a mi tía sacudiendo los rizos-. Estaré insoportable. Haré que Jip le esté ladrando todo el día. Si no va usted, me convenceré de que es una vieja gruñona. -¡Bah, bah, Capullito! -dijo mi tía riéndose-. ¡Ya sabes que no puedes...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info