El perro del hortelano: 93
Acto Tercero 93 Pág. 93 de 95 El perro del hortelano Acto III Lope de Vega DIANA. Si Marcela te ha vuelto a tocar al arma, muy justa disculpa es ésa. TEODORO. ¿Yo, Marcela? DIANA. Pues ¿qué tienes? TEODORO. No es cosa para ponerla desde mi boca a tu oído. DIANA. Habla, Teodoro, aunque sea mil veces contra mi honor. TEODORO. Tristán, a quien hoy pudiera hacer el engaño estatuas, la industria, versos, y Creta rendir laberintos, viendo mi amor, mi eterna tristeza, sabiendo que Ludovico perdió un hijo, esta quimera ha levantado conmigo, que soy hijo de la tierra, y no he conocido padre más que mi ingenio, mis letras y mi pluma; el conde cree que lo soy, y aunque pudiera ser tu marido, y tener tanta dicha y tal grandeza, mi nobleza natural que te engañe no me deja, porque soy naturalmente hombre que verdad profesa. Con esto, para ir a España vuelvo a pedirte licencia, que no quiero yo engañar tu amor, tu sangre y tus...
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