Huellas: 40
Huellas literariasRenán de Luis Bonafoux No ha sido entierro; ha sido resurrección. El gobierno, la diplomacia, el ejército, las Academias, las Universidades, la prensa, todo el París de la inteligencia, representado por sabios que se exhiben de rara en raro; carros con coronas monumentales, bosques de flores y espigas, interminable hilera de carruajes, silencio y recogimiento del pueblo, y en medio de la procesión, cubierta con paños negros, la figura de Renán apacible, sonriente. La iglesia de la Magdalena no cerró su ancha verja, y los parisienses se acomodaron bien presto en las espaciosas gradas del templo. De allí vengo; y allí estuve cuatro horas, esperando el entierro y viéndolo luego, a pie firme, y casi helado por un gris que me recordó el aire sutil del Guadarrama. Una beata que se azoró, al salir del templo, ante tamaña explosión del racionalismo, preguntome toda compungida: -¿Qué procesión es?... ¿Qué santo se celebra? -¡San Renán, señora! Es...
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