Juvenilia - Capítulo 15

24/03/2011 1.487 Palabras

Juvenilia - Capítulo 15 de Miguel Cané El retiro del doctor Agüero no mejoró la disciplina interna del Colegio. Estaba reservada esa difícil tarea a don José M. Torres, que, con mano de hierro y cargando con la más franca y abierta odiosidad que es posible dedicar a un hombre, nos metió en vereda, nos domó a fuerza de castigos, transformando el encierro en la morada habitual de algunos de nosotros, privándonos de salida, levantando en alto, en fin, el principio de autoridad de un carácter desgraciado, pues a la primera contradicción se ponía fuera de sí, dudo que haya tenido apetito un solo día durante su permanencia en el Colegio; oíamos a cada instante su voz de trueno rebotar en el eco de los claustros; vibrante e inflamada. En cuanto a mí, creo haber contribuido no poco a hacerle la vida amarga, y le pido humildemente perdón, porque sin su energía perseverante, no habría concluido mis estudios, y sabe Dios si el ser inútil que bajo mi nombre se agita en...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info