La corona de fuego: 40

25/03/2011 3.181 Palabras

La corona de fuego o los subterráneos de las torres de Altamira de José Pastor de la Roca Capítulo IX - En el cual desaparece de la escena uno de los actores Al punto abandonaron Aquella gruta de oriental portento; Sobre el cadáver híbrido, sangriento, Del esclavo pasaron. Rápidos como el viento, Y aquel antro infernal abandonaron. La joven prisionera, cuya emoción llegaba ya a su colmo, sin poder contenerse, cayó, o mejor dicho, se dejó caer sobre un rico almohadón de brocado, pálida como el mármol, y en cuyo semblante lucía, sin embargo, una aterradora sorpresa. Lanzó un prolongado suspiro, y su vista azorada vagaba errante por todo el ámbito de la gruta, fijándose principalmente y con cierto terror en el punto por donde saliera el conde. ¡Dios mío! exclamó, tu misericordia es grande, pues me salva de mis enemigos. Lucifer, testigo mudo e invisible de la precedente escena, apareció entonces, trémulo por la cólera y la indignación que le poseyera, a...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info