La Divina Comedia: El Purgatorio: Canto XVIII

20/12/2010 2.004 Palabras

La Divina Comedia El Purgatorio: Canto XVIII de Dante Alighieri Terminado ya su razonamiento, el alto doctor atento contemplaba mi rostro por ver si contento me veía; y yo, a quien nueva sed por más movía, por fuera nada, y por dentro decía: quizá el mucho preguntar mío lo cansa. Mas aquel veraz padre que advirtió el tímido querer que no se abría, hablando, de osar hablar me dio aliento. Y yo entonces: Maestro, mi vista se aviva tanto con tu luz, que discierno claro todo lo que tu razón parte o describe. Empero te ruego, dulce padre amado, que me muestres el amor, al cual reduces todo bien obrar y su contrario. Alza, me dijo, a mi las agudas luces de tu intelecto, y séate manifiesto el error de los ciegos que se hacen guías. El alma, que fue creada a amar pronta, a toda cosa se mueve que le place, luego que al placer en acto se despierta. Vuestra aprehensiva del ser verdadero trae la imagen, y adentro la despliega, de modo que mueve al alma a volverse a...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info