La guerra anglo-bóer
Un bocado muy apetecible En los comienzos de este siglo, Inglaterra ha-bía logrado constituir el más extenso y poblado imperio formado hasta entonces en la tierra. Más de 40 millones de kilómetros cuadrados (la tercera parte de las tierras emergidas), y unos 400 millones de habitantes (casi la cuarta parte de la población mundial) estaban integrados en este fabuloso puzzle bajo la égida de la reina Victoria. Gran Bretaña, que durante todo el siglo XIX domino los mares, se interesó desde comienzos de este siglo por el cabo de Buena Esperanza, punto clave de su ruta hacia la India. El Congreso de Viena, en 1815, concedió a los ingleses la soberanía sobre esa parte de Africa, y allí fundaron Port Elizabeth y Port Natal. Olvida-ban, sin embargo, a los bóers, europeos establecidos en la zona desde mucho antes, propiciando así una guerra de comunidades que no finali-zó hasta el siglo XX.
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