Los bandos de Castilla - Tomo 3º (Versión para imprimir)
Capítulo XX Los dos astrólogos. Mientras se detenía el ejército de Aragón en poner sitio a la ciudad de Burgos, había llegado a Segovia el monarca de Castilla con don Álvaro de Luna, gran número de grandes y las reliquias del ejército derrotado por el infante don Enrique. No es fácil pintar el desaliento del rey don Juan, ni lo crítico de su situación. Por una parte las desavenencias domésticas; por otra los bandos que asolaban las Castillas. Los portugueses andaban como en busca de nuevos mundos, y navegando por mares desconocidos, ensanchaban maravillosamente los límites de su poder: el rey don Alonso practicando otro tanto hacia levante, encadenaba las más fértiles provincias de Europa al orgulloso carro de sus triunfos, y mientras se hacían célebres estos estados con belicosos laureles y espléndidas conquistas, huía el monarca de Castilla de un infante de Aragón, por no sacudir resuelto el dominante carácter de don Álvaro de Luna.
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