XIII. La Necesidad de un Emperador

04/11/2009 1.071 Palabras

EXAMINEMOS ahora el gibelinismo de Dante Alighieri, güelfo por tradición familiar y educación, pero creyente sincero en la supremacía imperial sobre el gobierno político del mundo, y, paradójicamente, forzado a abrazar de manera activa una causa, la imperial, en la que siempre había creído pasiva e íntimamente. Cabe intentar comprender la verdadera índole del gibelinismo de Dante, quizá, pensando que se dio cuenta de que las circunstancias habían cambiado desde los tiempos de su padre, abogado importante y muy metido por tanto en los asuntos eclesiásticos, de los que derivaba sin duda cierta medida de riqueza, poder y privilegio, si bien fuese indirectamente, y que otros eran ahora los peligros que amenazaban el bienestar de su tierra. No había ya razón, ciertamente, de temer que Florencia, Siena o Pisa fuesen destruidas para que el castillo de su señor feudal pudiese dominar las chozas de sus felices campesinos; más bien, por el contrario, cabía temer que Italia se...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info