Historia En España, los judeoconversos (ss. XIV al XVI) por lo general fueron objeto de desprecio y de recelo por parte de los católicos viejos, quienes desconfiaban de la autenticidad de su conversión, por un lado, y envidiaban sus riquezas e influencia, por otro. Esta situación provocó numerosos incidentes entre católicos y judíos, lo que, entre otras cosas, dio pie a los Reyes Católicos para la creación de la Inquisición, que se implantó primero en la Corona de Aragón y posteriormente en el resto de España. A partir de entonces los conversos (llamados también marranos) fueron duramente perseguidos, sobre todo durante los primeros decenios. Más tarde y poco a poco fueron mezclándose con el resto de la población, considerándose terminado el proceso de asimilación a mediados del s. XVII.