Descubrimiento Fue identificado por primera vez por sir Humphrey Davy en 1807 al tratar arcillas con ácido sulfúrico. Hans Christian Oersted informó en 1825 a la Academia Sueca haberlo obtenido tratando cloruro alumínico con amalgama de sodio. Friedrich Wöhler en 1827 separó una pequeña cantidad y en 1854 Sainte-Claire obtuvo mayores cantidades de manera que en la Exposición Universal de París (Francia) en 1855 se exhibió un bloque de este metal al que se denominó “plata de arcilla”. Ese mismo año comenzó la producción industrial, bajo el patrocinio de Napoleón III, con una tecnología que experimentó un desarrollo tan rápido que en poco tiempo pasó de ser una curiosidad de laboratorio a tener un uso generalizado.