Egipto

25/11/2023 2.050 Palabras

Historia El descubrimiento de la existencia de relaciones ibero-egipcias en la Antigüedad es un hecho relativamente reciente, y se debe exclusivamente a la arqueología. En efecto, las fuentes escritas egipcias no mencionan nada al respecto, mientras que las griegas tan sólo hacen referencia a expediciones realizadas o encargadas por algunos faraones a las Columnas de Hércules, por lo general poco creíbles. Así, las supuestas expediciones de Sesostris (Dinastía XII) o de Tarco (Dinastía XXV) no tienen otro valor que el lejano eco literario y deformado de las relaciones ibero-egipcias, mientras que la expedición encargada por Necao (Dinastía XXVI) a navegantes fenicios es la única que parece referirse a un hecho histórico preciso: el primer periplo de África. Por el contrario, los hallazgos arqueológicos de objetos de tipo egipcio en las costas de la Península Ibérica y en las Islas Baleares se han hecho cada vez más frecuentes, demostrando de manera incontrovertible la existencia de relaciones ibero-egipcias. Los contactos con Egipto anteriores al primer milenio a.C. debieron de ser extremadamente esporádicos, a juzgar por el escaso número de objetos de supuesta procedencia egipcia hallados, y aún por su carácter y significado discutibles. Entre estos objetos, de todos modos, hay que resaltar el vaso de mármol con inscripción jeroglífica a nombre del rey hicso Apofis I (h. 1.600 a.C, Dinastía XV) aparecido en Almuñécar (Granada). Se trata del más antiguo documento escrito hallado en la Península Ibérica.

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