El medio físico La costa alterada del norte de Galicia es la que domina en el entorno de este espacio natural. La masas de rocas metamórficas originarias del precámbrico y alteradas por la orogenia hercínica penetran en el mar Cantábrico en forma de cabos que sin llegar a poseer demasiada altura sí que aparecen robustos y potentes mientras soportan los constantes ataques de un mar que en esta zona posee toda la bravura que le otorga la cercanía a las abiertas aguas atlánticas. Son rocas de carácter ácido que se acompañan en la parte superior y hacia el oeste por las masas rocosas que dan cuerpo a la sierra de A Capelada y que únicamente se elevan un centenar de metros por encima de las aguas del Cantábrico. Frente a la boca de la ría, y prácticamente en su centro, se levanta la isla de San Vicente, pequeña colina que permanece unida a tierra durante las marea baja y que se aísla con la subida de las aguas. En las zonas donde se enfrentan las aguas marinas y las de los ríos que vierten en el estuario se han creado playas de arenas finas y claras que se extienden por diferentes puntos del paisaje conformando un total de casi siete kilómetros de longitud. Y hacia el interior de la ría, allí donde han sido los limos los que se han ido depositando a lo largo de su historia se han creado los marjales, las marismas, que aparecen y desaparecen diariamente al ritmo de las mareas y que constituyen el atractivo principal de este territorio.