Jurisconsulto y humanista activo en Zaragoza en la segunda mitad del s. XVI. Ejerció su profesión dentro de la carrera judicial en la c aragonesa pero, según parece, residió ocasionalmente en Lérida y en Nápoles, donde no es improbable que desempeñara algún cargo en la Administración española y desde donde viajó por el resto de Italia. Buen conocedor del humanismo y de la cultura italiana en general, tradujo la obra de L. Guicciardino, Ratos de recreación(1588). Aunque escribió poesía (algunos de sus versos se conservan en el Itinerarium ordinandorum publicado por Carrillo en 1594), su interés se dirigió, sobre todo, al estudio y conocimiento de la lengua poética, del vocabulario y de la gramática en el marco poético, así como de la etimología latina, cuyo dominio debía servir para la dignificación de la lengua romance, por lo que escribió un Arte para componer en verso castellano(1593), que comprende una Prosodia latina en castellano, además de una Universal...