Se caracterizan, sobre todo, por el caparazón o concha rígida que protege su cuerpo ancho y deprimido. Formado por placas óseas, revestidas en la mayoría de las especies de placas córneas, presenta una parte dorsal (o espaldar) de forma convexa y una parte ventral (o peto) de forma plana, soldadas entre ellas; en esta pieza que se abren las aberturas por las que asoma la cabeza, las patas anteriores y posteriores, la cola —todos estos órganos de características retráctiles— y el aparato excreto-genital.
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