Introducción La batalla de Maipú, que tuvo lugar el 5 de abril de 1818 y consolidó la independencia de Chile, según un grabado de la época. Una serie de hechos ocurridos a finales del siglo XVIII, entre ellos la Revolución francesa, estimularon a los líderes americanos a encabezar revueltas contra el régimen realista de España, cuyo poder militar y político se hallaba claramente debilitado. Mapa de América de Frederick De Wit. Publicado en Amsterdam en 1670. Al concluir el largo proceso de emancipación se intentó aglutinar bajo un mismo nombre al grupo de nuevas repúblicas surgidas al Sur de Estados Unidos, y, aunque con limitaciones, parece haber cierto acuerdo en denominarlas como América Latina. Cordillera de los Andes. Pico del Aconcagua (6.959 m.) en Argentina. El término de América Latina engloba un amplio territorio, dividido en numerosos estados independientes, que se extiende desde el trópico hasta regiones muy australes, vecinas a la Antártida, incluyendo las cimas andinas y las tierras llanas de las islas del Caribe. Mapa de Nueva España, realizado por José Antonio Alzate y Ramírez en 1767. Este territorio, correspondiente al actual México, alcanzó cotas de desarrollo decididamente elevadas, que en algún aspecto superaban a la metrópolis española. La batalla de Ingavi, según un grabado de la época, cuya victoria llevó a José Ballivián a ocupar la presidencia de Bolivia hasta 1847, año en que dimitió. Estos nuevos países, formalmente independientes, nacieron cuando en una parte del mundo se había consolidado o estaba consolidándose la Revolución industrial. Una de las primeras estaciones de ferrocarril mexicanas, medio de comunicación que revolucionó las rutas comerciales del país. Grabado que representa el puerto y la ciudad de Valparaiso desde el muelle de descarga. La revolución de los transportes agilizó el intercambio de mercancías y permitió a los países capitalistas centrales exportar sus excedentes y su capital a los países capitalistas periféricos, sobre todo a América Latina, que a cambio suministraban alimentos y materias primas. Plantación de café en Brasil, según un grabado del siglo XIX. Tras la independencia política, los países de América Latina vieron la necesidad de desarrollar una economía propia, por lo que se implantaron nuevos cultivos, normalmente condicionados por la demanda europea. En Brasil, por ejemplo, se fomentó el cultivo del café. Señora principal con su negra esclava. Pintura de castas de Vicente Albán. La esclavitud, pese a los innegables esfuerzos realizados por Bolívar para abolirla, aún subsistió después de la independencia y del período de la Gran Colombia. Vista de La Habana en el siglo XIX, según un grabado de la época. Ante el avance del capitalismo, muchos países que basaban su economía en el trabajo esclavo, como Cuba, tendieron a abolir la esclavitud, aunque ésta continuó existiendo bajo formas distintas. De Castizo y Mestiza, Chamizo. Pintura de castas de Miguel Cabrera. La transición al capitalismo obligó a una reordenación de las estructuras de cada país, que centraron sus intereses en la exportación de productos, utilizando para ello mano de obra no típicamente asalariada. Tampico, uno de los puertos de mayor actividad en el golfo de México, según un grabado de la época. Muchas ciudades portuarias conocieron un período de esplendor debido al auge de las exportaciones. Mineros trabajando en la cueva llamada La Señora Escondida. Mina del estado de Campeche en México, formada de modo natural por las aguas subterráneas. Litografía de 1880. El desarrollo de una economía basada en la exportación convirtió a estos países en totalmente dependientes de los países dominantes, por lo que no pudieron evitar sufrir las consecuencias de la gran crisis de la década de 1930. Estructura agraria de América Latina hacia 1970 Lázaro Cárdenas. El el 18 de marzo de 1938 hizo efectiva la expropiación de la tierras de las compañías petrolíferas, que se habían negado a cumplir las leyes laborales. Cárdenas distribuyó asimismo grandes extensiones de tierras entre los campesinos, muchas más de las que habían otorgado sus antecesores. Obreros fente a un cartel de un banco de Buenos Aires. La modernización del campo trajo consigo el desempleo y el hambre, por lo que muchos campesinos se vieron obligados a abondonar sus tierras y establecerse en los centros urbanos. Este gran éxodo rural no hizo más que aumentar su desamparo y marginación. Un remate de ganado en Argentina. Grabado de inicios del s.XX. A pesar de los intentos de industrialización, a comienzos del siglo XX, América Latina seguía siendo básicamente rural, y continuaba vigente la tercera forma de explotación latifundista, la estancia o hacienda ganadera, característica de la pampa argentina, los llanos venezolanos o las tierras del altiplano andino. Favelas en Río de Janeiro, Brasil. Al originarse las grandes concentraciones urbanas surgieron también enormes bolsas de pobreza situadas en las zonas marginales de la ciudad. En Brasil, como en el resto de países de América Latina, se han formado, alrededor de las grandes ciudades, estos barrios paupérrimos. Hacienda de la etapa porfiriana, en México. Tal vez uno de los principales problemas que presentan las economías latinoamericanas sea su estructura agraria, compuesta de grandes latifundios en poder de una minoría, en contraposición a una mayoría que sólo posee pequeñas parcelas o incluso carece de ellas. Hacienda del Mirador de Huatusco, México, según una ilustración de la época. La crisis de la década de 1930 puso en evidencia la fragilidad de una economía basada casi exclusivamente en la exportación, por lo que se optó por intensificar la producción local destinada al mercado interior. Corrido Emiliano Zapata, según un grabado de J. G. Posada. A comienzos del siglo XX, la grave situación del campo y la pobreza de sus gentes, al límite de la supervivencia, fueron el detonante de movimientos revolucionarios campesinos, como el liderado por Emiliano Zapata en México. La siembra, según un grabado mexicano procedente del Atlas geográfico, de A. García Cubas. El sistema latifundista se basa en el dominio social ejercido a través del monopolio de la tierra, lo que le permite un control absoluto no sólo de la economía sino también de la política. Plantación de tabaco en la provincia de Pinar del Río, Cuba. La reforma agraria cubana de 1959 no contempló la diversificación de los cultivos y la caña de azúcar siguió siendo el producto preferente, a pesar de la importancia que tenían también otros cultivos como el del tabaco. Arrieros en el río Laja en Chile. Litografía (s.XIX). El proceso de industrialización chocó, no sólo con la escasez de mano de obra preparada y con un mercado interno reducido, sino con los escasos medios de transporte que debían comunicar regiones de escarpada orografía. Hablar de América Latina resulta siempre ligeramente complicado, sobre todo porque este mismo calificativo con el que se denomina todo el territorio americano al sur de Estados Unidos es con frecuencia motivo de controversias. Muchos fueron los pueblos que, pertrechados de culturas muy diferentes, poblaban el continente más largo del planeta cuando en 1492 Cristóbal Colón desembarcó en sus costas. A causa de la confusión de los recién llegados todos ellos formaron parte de las erróneamente denominadas las Indias. No sería hasta mucho después que cambiaría la terminología con que los europeos se referían a estos territorios. A finales del siglo XVIII con la independencia de las trece colonias norteamericanas y el nacimiento de los Estados Unidos de América, se inició el largo proceso por el cual el resto de colonias del continente americano irían emancipándose de sus respectivas metrópolis. Varios fueron los factores que propiciaron la marcha hacia la independencia. La Revolución francesa y la expansión napoleónica, la independencia de Estados Unidos, el debilitamiento militar y político del reino de España y la revolución industrial inglesa fueron sin duda los principales.