Funciones principales de los acidulantes Regulación del pH. Ajustan la acidez del alimento, lo que puede inhibir el crecimiento de bacterias y hongos, ayudando a prevenir su deterioro y mejorando la seguridad alimentaria. Conservación. Al modificar el pH, aumentan la vida útil de los productos y evitan la oxidación de componentes esenciales, manteniendo la calidad óptima del alimento. Mejora del sabor. Potencian o modifican el sabor, aportando notas ácidas que equilibran la dulzura o realzan otros sabores presentes en el alimento. Aromatización y estabilidad. Ayudan a mantener aromas y colores, y pueden actuar también como antioxidantes.