[.....] Emilia Pardo BazánLa escritora Emilia Pardo Bazán en la Sociedad Económica Matritense.Nacimiento16 de septiembre de 1851La Coruña EspañaDefunción12 de mayo de 1921Madrid EspañaOcupaciónEscritora, periodista, crítico literario, traductora, editora, catedrática y conferencianteNacionalidadEspañolaPeríodoSiglos XIX y XXGéneroNovela, cuento, ensayo, periodismo, teatro, poesía, crítica literaria, libros de viajes, etc.MovimientosRealismo, naturalismo y simbolismoObras notablesLos pazos de Ulloa (novela), La cuestión palpitante (ensayo)CónyugeJosé Antonio de Quiroga y Pérez de DezaDescendenciaJaime Quiroga Pardo Bazán, María de las Nieves (Blanca) Quiroga Pardo Bazán y Carmen Quiroga Pardo Bazán Introducción Poseedora de una vasta cultura, la novelista y ensayista Emilia Pardo Bazán contribuyó a difundir en España las principales corrientes literarias europeas y fue una decidida impulsora del naturalismo. Vida y obra Proveniente de una familia aristocrática —en 1890 heredó de sus padres el título de condesa de Pardo Bazán—, recibió una esmerada educación en Madrid. En 1869, un año después de contraer matrimonio, trasladó su residencia a dicha ciudad y pronto entró a formar parte de los círculos literarios. Sus numerosos viajes por Europa —reflejados en obras como Por la Europa católica (1902)— le permitieron familiarizarse con las nuevas concepciones estéticas, y en 1883 publicó su célebre ensayo La cuestión palpitante, donde defendía la literatura naturalista postulada por el francés Émile Zola, si bien consideraba excesiva su crudeza. La novela La tribuna (1882) constituyó el primer ejemplo de narrativa naturalista de la autora, que alcanzó sus mejores ejemplos en Los pazos de Ulloa (1886) y La madre naturaleza (1887). Ambientadas en su Galicia natal, ambas obras constituían un duro retrato de las condiciones de vida de aquella región, sumida en la pobreza y dominada por una nobleza decadente y corrupta, en el marco de una naturaleza exuberante. El profundo catolicismo de Pardo Bazán hizo, sin embargo, que evolucionara paulatinamente hacia una temática de mayor contenido simbólico y poético. Ejemplos característicos de esta segunda etapa serían las novelas La prueba (1890) y La sirena negra (1908) y colecciones de relatos como Cuentos de Marineda (1892). De manera paralela a sus trabajos literarios, la condesa de Pardo Bazán mantuvo una incesante actividad pública, encaminada sobre todo a la reivindicación del lugar de la mujer en la sociedad, y llegó a ostentar el cargo de consejera de Instrucción pública. En 1916 se creó para ella en la Universidad de Madrid una cátedra de literaturas románicas. [.....]