Introducción Las primeras máquinas de fotocomposición se inspiraban en el procedimiento clásico de la linotipia, de circulación de las matrices, con la diferencia de que las matrices, en lugar de moldes para recibir el metal fundido, eran transparencias que, una vez compuestas y ordenadas, se proyectaban sobre la película o placa. Con posterioridad se ha usado el sistema de disco, consistente esencialmente en un disco portador de las matrices, que gira rápidamente ante un objetivo fotográfico. Un flash electrónico ilumina la letra indicada por el teclado. Este procedimiento no tiene otro límite de velocidad que la habilidad del dactilógrafo. Las máquinas más modernas tienen varios teclados en los que pueden trabajar diversos operadores simultáneamente. Los teclados trasladan el texto a un programa informático que justifica de manera automática las líneas y contiene las instrucciones tipográficas normales (cuerpo, familia y medida). El programa dirige el trabajo de la unidad fotográfica, la cual fotografía el texto sobre la película a una velocidad de 1 millón y medio de caracteres por hora. Las correcciones se suministran a una unidad de corrección que las intercala automáticamente.