Aproximación histórica Iniciada como ciencia a principios del siglo XIX, la urología sólo pudo desarrollarse tras el descubrimiento de la lámpara eléctrica de incandescencia, lo que permitió la puesta punto de dos técnicas exploratorias fundamentales: la cistoscopia y la uretroscopia. La primera consiste en la visualización de las paredes de la vejiga mediante la introducción a través de la uretra de un microdispositivo tubular dotado de un sistema de iluminación y de lentes. De esta forma pueden detectarse y examinarse con precisión inflamaciones, tumores, úlceras y otras muchas alteraciones. La uretroscopia posibilita el estudio patológico del conducto uretral. Con tales recursos, los estudios urológicos fueron desarrollados inicialmente por Félix-Jean Guyon, quien en la cátedra de la Universidad de París sentó las bases de esta disciplina.