Parsifal

23/04/2019 3.707 Palabras

Historia En su última ópera, Wagner presenta un gran cuadro místico cristiano cuyo argumento gira en torno a los caballeros del Santo Grial, que custodian el cáliz utilizado en la Última Cena en la montaña sagrada de Montsalvat, en los Pirineos. Los caballeros, cuyo jefe es ahora Amfortas, hijo del viejo rey Titurel, están desolados desde que éste regresó de un intento de destruir el castillo del malvado Klingsor con una herida que no deja de sangrar. La herida le fue producida por la lanza sagrada que le fue arrebatada tras dejarse seducir por una joven mujer. Desde entonces, no sólo la herida no ha dejado de sangrar, sino que la paloma sagrada no acude como era habitual cada Viernes Santo a la celebración de la consagración eucarística. Sólo un héroe que se haya mantenido puro por su piedad podrá recuperar la lanza y curar la herida de Amfortas. Este hombre puro, un “puro tonto”, es Parsifal, un joven que ha crecido en los bosques sin tener más contacto que los animales y la naturaleza. Parsifal sabe tan poco de sí mismo como del mundo, y no se pregunta la razón de nada. Él será quien recupere la lanza sagrada en el castillo de Klingsor tras superar con éxito las tentaciones de los siete pecados capitales a las que es sometido.

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