... las incomodidades y dolores de la enfermedad, resiste mejor a las tentaciones del demonio que ‘acecha a su calcañar’ (Génesis 3,15), y a veces, cuando conviniere a la salvación del alma, recobra ...
... mejor la queja del salmista: «Hasta mi amigo, en quien yo confiaba, el que mi pan comía, levanta contra mí su calcañar» (Libro de los Salmos 40, 10), y que después Jesucristo repite en la Última ...
... señor Candonga.Lo peor no era esto; sino que Candonga pisaba mal, apoyando primero con fuerza el calcañar; destrozaba en seguida los tacones, y parecía un animal raro con aquel modo de poner la planta ...
... diademas; un par de herrerías enteras por guarniciones de dagas y espadas; las conteras en conversación con el calcañar derecho; los ojos derribados, la vista fuerte; bigotes buidos a lo cuerno ...
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... , os envolverá siempre, y cada edad tendrá sus enemigos inaccesibles, porque el alazán del progreso sólo galopa espoleado por el calcañar de la muerte.<<<>>>El pesimista corregido ...
... , os envolverá siempre, y cada edad tendrá sus enemigos inaccesibles, porque el alazán del progreso sólo galopa espoleado por el calcañar de la muerte.<<<>>>El pesimista corregido ...
... encallecido por la planta, pero arqueado de empeine, con venillas azules, suave de talón y calcañar, redondo de tobillo, blanco de cutis, con los dedos rosados o más bien rojizos de la presión ...
Ismael& 160;: 8de Eduardo Acevedo Díaz Ca& 237;a una tarde de Febrero del a& 241;o 1811, cuando trasponiendo los oteros y collados que ondulan a las m& 225;rgenes del R& 237;o Negro, a algunas leguas ...
... encallecido por la planta, pero arqueado de empeine, con venillas azules, suave de talón y calcañar, redondo de tobillo, blanco de cutis, con los dedos rosados o más bien rojizos de la presión ...
... señor Candonga.Lo peor no era esto; sino que Candonga pisaba mal, apoyando primero con fuerza el calcañar; destrozaba en seguida los tacones, y parecía un animal raro con aquel modo de poner la planta ...
... diademas; un par de herrerías enteras por guarniciones de dagas y espadas; las conteras en conversación con el calcañar derecho; los ojos derribados, la vista fuerte; bigotes buidos a lo cuerno ...
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