... , a quien había mandado por cigarros, vino desolado a decirme: «Ahí están, señor... Míreles... Mita y mi hermano Leoncio... Se van, se van de Madrid». Salí, y en la misma puerta de la tienda ...
... , a quien había mandado por cigarros, vino desolado a decirme: «Ahí están, señor... Míreles... Mita y mi hermano Leoncio... Se van, se van de Madrid». Salí, y en la misma puerta de la tienda ...
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